viernes, 6 de agosto de 2021

LA CESTA DE FLORES

Óleo, autora Higorca 


La tarde caía sobre aquel bello jardín, la niña con su cesta iba cortando las hermosas flores que un día su padre había plantado con todo cariño.

Después de tantos años, el lugar lucia con todo el esplendor, aquella pequeña había crecido al mismo compas casi que todos aquellos árboles, arbustos y rosales, por eso le gustaba tanto y se sentía también en el.

Ahora al cabo de los años todo había cambiado, todo menos su jardín, ella se había encargado de que nada se hubiera estropeado, lo cuidaban, lo mimaban en honor de aquel hombre que tanto la quería, su padre.

Paseando por los magníficos pasillos, entre rosales, iba recordando cada pasaje al lado de él, ella una niña con trenzas le gustaba esconderse tras los pequeños árboles, era divertido, María en su inocencia pensaba que aquel tronco la tapaba y no la veían, su padre la engañaba haciéndole pensar que así era.

Empezaba a oscurecer y el tiempo había refrescado, un escalofrío hizo que volviera a la realidad, necesitaba entrar en la casa y poner aquellas flores en agua para que siguieran “viviendo” un poco tiempo más.

Su madre la esperaba en la puerta del porche, entraron y pusieron unas pocas en cada jarrón que adornaban los rincones de la casa; lo miro y sonriendo le dijo a su madre -¿queda bonito, qué piensas que diría él?

La madre sonrió dulcemente.

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