lunes, 14 de junio de 2021

Óleo sobre tela, autora Higorca
Sobre la mesa del comedor se encontraban las frutas que se pueden recoger en el jardín que rodea la casa.
El verano es la mejor época para reunirse la familia, disfrutar de aquellos que el resto del año no teníamos ocasión de vernos; primos, tíos y abuelos.
Ellos, los abuelos eran felices al verse rodeados de todos sus hijos y nietos, además siempre se agregaba algún amigo.
Nos esperaban con  inquietud, hasta que no llegábamos todos, no descansaban, mientras para distraerse y que la espera no se hiciese tan larga iba preparando la mesa de lo que ella sabía que nos iba a gustar. 
Disfrutaba recolectando las cerezas, estaban exquisitas, ella recogía las que a pie llegaba, no la dejaban subirse a la escalera, las manzanas eran las primeras, daba gusto morder y sentir el dulce y excelente jugo, no tenía nada que ver con las que vendían en la tienda, a los niños les encantaban.
Otros deseaban comer un racimo de uva, ¡era tan rica! la abuela disfrutaba preparando todas esas suculentas delicias que nos da la tierra.
La abuela era una mujer muy exquisita, gustaba decorar cada rincón con un gusto excelente, cortaba flores para dar un toque femenino a la mesa, botellas, jarrones... todo era decoración para ella.
El estío es mágico, todo brilla alrededor, sentimos el calor de ese astro que nos llena de luz y alegría.

Higorca