viernes, 28 de febrero de 2020

lunes, 17 de febrero de 2020

ANTARTIDA

                            Óleo sobre lienzo, título: Antártida, autora: Higorca Gómez

lunes, 3 de febrero de 2020

EL FRUTERO DE COBRE





Óleo del maestro José Higueras Mora

Sobre la mesa un frutero lleno de membrillos recién cogidos. Un suave perfume se respiraba en aquel salón. El aroma que desprendía aquella fruta madura.
Todo estaba dispuesto para la merienda: membrillos, peras, manzanas y melocotones… y, la jarra para calentar la leche.
Miraba los melocotones quizá no estuvieran muy buenos, era un poco tarde para ello, si habían estado en la cámara no tendrían buen sabor. La olor era buena, pero… Al comerlos seguro que se notaría.
Aquella tarde los dueños de la casa esperaban unos niños. Eran la alegría de la casa. Sus nietos.
La semana finalizaba y siempre pasaban esos días con ellos. Los padres los llevaban, los dejaban y se marchaban. Sabían que estaban en buenas manos. Eran sus abuelos, eran todavía jóvenes y eso ayudaba para que no sintieran cansancio unos y otros.
Los niños llegaban hambrientos. Iban rápidos a la mesa sabían donde estaba aquel frutero de cobre lleno de fruta. Su abuela, además, les había puesto unos platos con más cosas, y una botella de agua. Era imprescindible para ellos. Jugando siempre se reseca la boca y la garganta. Buscaban la botella, un vaso y, a beber.
Pero aquel día la abuela, les tenía preparada otra sorpresa. Con aquellos membrillos jugosos y maduros que cogían del árbol del jardín. Les había preparado una exquisita mermelada.
Esperaba que les gustase, se había pasado toda la mañana dando vueltas a la misma para que no se le pegase. Valía la pena, hacer feliz a los niños era lo más grande para ella.
Puso la leche a calentar y preparo la tostadora. Hizo las tostadas correspondientes, les puso un poco de aceite y sobre ello extendió la mermelada. Una buena capa en cada una de ellas.
Preparo la mesa y llamo a los niños que llegaron en tropel junto al abuelo. En un momento no quedo nada en los platos. Habían devorado todo lo que la abuela había preparado.
Sonrió satisfecha. Les había gustado. Los niños se levantaron y todos fueron a darle un beso. Luego a coro dijeron.

-       ¡Gracias abuela!
       Higorca