Miro atrás, te veo con los brazos abiertos
esperando que llegue junto a ti, siempre sonriendo,
amándonos, primero en silencio,
luego como si fuese un juego,
tus manos entrelazando las mías,
mi pelo revuelto en la almohada, dejando pasar las horas,
sin importar si es día o noche.
Nadie comprendió, solamente nosotros sabemos de libertad,
lo libres que fuimos frente a un mundo encorsetado,
a nosotros no nos importó nada,
solamente fuimos inmensamente felices por ser completamente libres.